miércoles, 6 de febrero de 2008

CINE - CINEMA

The Game- DAVID FINCHER

Tratar de reivindicar una película que fue la siguiente a Seven y la anterior de Fight Club del mismo director, que ya tiene 10 años en su haber y cuya crítica fue como mínimo decepcionante, no resulta cómodo.
Pero si bien está compuesta de situaciones muy poco probables, delirantes, surrealistas y utiliza recursos discutibles, la película magnetiza, atrae y tiene lo que todo juego: diversión y trampas.
Nicholas Van Orton (Michael Douglas) es un solitario, soberbio e influyente hombre de negocios habituado a resolver todo desde su autosuficiencia. Conrad (Sean Penn), es el hermano (de personalidad opuesta) que le hace un original pero a la vez demoledor regalo de cumpleaños. Se trata de una novedosa forma de entretenimiento en la que todo puede perderse y con una sola regla: no hay reglas. Cuando Van Orton se da cuenta de en qué consiste el juego, ya no hay vuelta atrás.
El director tiene un modo visual perfecto (muchos y buenos años de publicidad y videoclips hace que resuelva en forma impecable la narrativa) y además conoce sobre las paranoias y miedos de la sociedad actual (habrá leído mucho a Kafka?).
The Game es un ejercicio estético y lúdico, una curiosa analogía vida-juego y una ácida reflexión sobre la soledad y la vanidad del hombre en estos tiempos. En el peor de los casos, es solo una película.
Que la inocencia les valga.


Provare a rivendicare un film che fu il successore di Seven e il precessore di Fight Club dello stesso regista, di dieci anni fa e con una critica catalogata come minimo deludente, non è mica comodo.
Ma è anche composta di situazioni poco probabili, deliranti, surrealiste e utilizza risorse discutibili: il film magnetizza, attrae e ha quello che ha tutto il gioco: diversione e trappole.
Nicholas Van Orton ( Michael Douglas) Ë un solitario, superbo e influente uomo d’ affari abituato a risolvere tutto con autosufficienza. Conrad (Sean Penn), Ë suo fratello (di personalit‡ opposta) che gli fa un originale ma al stesso tempo distruttivo regalo di compleanno. Si tratta di una nuova forma di divertimento, dove tutto puÚ perdersi e c'e una sola regola: non ci sono regole. Quando Van Orton capisce in cosa consiste il gioco, non puÚ tornare indietro.
Il regista ha una visuale perfetta (molti e buoni anni di pubblicit‡ e video clip fanno sÏ che risolva in forma impeccabile la narrativa) e conosce anche paranoie e paure della società attuale (avrà letto molto Kafka?).
The Game è un esercizio estetico e ludico, una curiosa analogia vita-gioco e un'acida riflessione sulla solitudine e la vanità dell’ uomo di questi tempi. Nel peggiore dei casi, Ë solo un film.
Che l’ innocenza vi serva.

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