martes, 13 de octubre de 2009

LETRAS / SCRITTI

"De viajeros simultáneos" - MARIA FLORENCIA LOPEZ
"Di viaggianti simultanee" - MARIA FLORENCIA LOPEZ

Cómplices de un rito  que impusiste sin querer,

nos juntamos espontáneamente a esa hora.

Por una aparente casualidad terminamos de regreso por el mismo sendero de calles espesas que transpiran siempre unos cuantos rayos de sol.

Caminamos al lado, junto con nosotros unas charlas inconclusas que decoran el pasaje como mera reseña;

y abrimos un abismo de indiferencia desgarrada por paralelos desengaños.

Te muestras ambiguamente;

me muestro lejana y altiva;

y violentando el discurso un poco en defensa de los propio,

siempre nos reímos por encima de todo eso.

Y nos burlamos, sin admitirlo demasiado, de la frialdad;

de los amantes convencionales que caminan de la mano por la plaza;

de los vestidos; los anillos y las promesas;

hasta del resplandor que pretendía cegarnos, con nuestras gafas, nos reíamos.

Y mientras esquivábamos los vehículos de imprudente tránsito

pisoteábamos el tiempo.

Y las agujas del reloj pasaban a dibujar hexágonos  para tenernos un poco más.

Siempre en sentido lateral,

para que se vaya todo más rápido,

para no decirnos nada directamente,

para que apropósito se aunaran los sentidos

analfabetamente entre tanto ruido y humo.


Complici di un rituale che hai imposto senza volere,

ci troviamo spontaneamente a quella ora,

Per una apparente casualità finiamo di ritorno per lo stesso sentiero di strade spesse che traspirano sempre dei raggi di sole.

Camminiamo accanto, insieme a noi delle chiacchere non finite che decorano il passaggio come mera rassegna;

e apriamo un abisso di indifferenza rotta per paralleli fracassi.

Ti fai vedere ambiguamente;

mi mostro lontana e algida;

e violentando il discorso un po’ indifeso del proprio,

sempre ridiamo per di sopra di tutto quello.

E ci scherziamo, senza ammetterlo troppo, della freddezza;

degli amanti convenzionali che camminano per la mano per i parchi;

dei vestiti; degli anelli e le promesse;

fino al risplendore che prentendeva accecarci, con i nostri occhiali, ci ridevamo,

E mentre si evitava la collisione con automobili d'imprudente guida

schiacciavamo il tempo.

E gli aghi dell'orologio passavano disegnando esagoni per averci un po’ ancora.

Sempre in senso laterale,

così se ne andava tutto più veloce,

per non dirci niente direttamente,

così si univano a posto i sensi

analfabeticamente tra tanto rumore e fumo.

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