miércoles, 6 de agosto de 2008

QUE NO QUEDE EN PICADA / NON SOLO ANTIPASTI

ALMUERZO DE DOMINGO / PRANZO DI DOMENICA
by Juan Christmann & Daniela Kodenczyk

Ese Domingo, Elena había salido a hacer las compras a la dietética de la esquina de su casa. Su nieta le había recomendado un cereal que no conocía: Cuscús. Le dijo que era bueno ya que tenía calcio, así que decidió comprarlo. Cualquier cosa que fortificara sus huesos era bienvenida a esta altura del partido.

Del otro lado de la calle, y demasiado lejos para que su cansada vista reconozca a alguien, lo vió a Enrique. A pesar del paso del tiempo su andar seguía siendo inconfundible. Venía de hacer una consulta con el médico. Sus problemas vásculo respiratorios se estaban complicando.
Habían pasado 19 años, 65 días, 20 horas, 33 minutos y 20 segundos desde que Enrique se fue de la casa. No se fue dando un portazo. No se fue llorando. Simplemente se fue. Dejando su plato sin terminar.
Tantos años de matrimonio habían convertido inevitablemente sus vidas en una rutina. El amor dura menos que las relaciones? decía él. Ambos necesitaban revivirse, volver a sentir sensaciones intensas.
Cada uno transitó los años de separación a su manera.
Tristezas. Descubrimientos. Alegrías. Entusiasmos. Soledad. Angustias. Euforias. Incertidumbre. Dolor. Aprendizajes. Crecimientos y de nuevo tristezas. Sin embargo, todo eso no lograba opacar el fuerte sentimiento que los unía. Algo dentro suyo había quedado instalado y por más que pasaban remolinos de las más diversas sensaciones no se iba.

En estos 19 años se fueron dando cuenta de la importancia de ser genuinos con ellos mismos. De conocerse, de ser los protagonistas de su propia vida. Pero esos años sirvieron tambien para valorar la importancia de sentirse acompañado. De compartir. De tener a quien mirar a los ojos y entenderse sin necesidad de usar otro lenguaje. De sentirse felices por la felicidad ajena.
De desparramar amor más allá de ellos. La importancia de tener un compañero de vida.
Cuando sus miradas se chocaron una ola de imágenes empezó a invadirlos. Sigue >>

Quella domenica, Elena era uscita per fare la spesa nella dietetica dell'angolo dalla sua casa. La sua nipote le aveva consigliato un cereale che non conosceva: Cuscus. Le aveva detto che era ottimo giàcche aveva calcio, perciò si era decisa a comprarlo.
Qualsiasi cosa che fortificasse le sue ossa era benvenuto a quest’ora della partita.

Dall’altro lato della strada, e troppo lontano perchè la sua stanca vista riconoscesse qualcuno, ha visto Enrique. Il tempo era passato ma il suo camminare continuava ad essere inconfondibile. Tornava per fare una visita medica. I suoi problemi vascolari-respiratori stavano peggiorando.
Erano passati 19 anni, 65 giorni, 33 minuti e 20 secondi da che Enrique se ne andò via da casa. Non se ne è andato chiudendo forte la porta. No, se ne è andato piangendo. Semplicemente se ne era andato. Lasciando il suo piatto senza finire.
Tanti anni di matrimonio avevano convertito inevitabilmente le sue vita in una routine. L'amore dura meno che le relazioni? diceva lui. Tutti e due avevano bisogno di rivivere, tornare a sentire sensazioni intense.
Ognuno ha vissuto gli anni della separazione a suo modo.
Tristezza. Scoperte. Gioie. Entusiasmi. Solitudine. Angosce. Euforie. Incertezze. Dolori. Apprendistati. Crescite e di nuovo tristezza. Comunque, tutto quello non riusciva a opacizzare il forte sentimento che li univa. Qualcosa in loro era stato installato e anche sono passati le più diverse sensazioni, il loro sentimento non se ne andava...

In questi 19 anni hanno capito l’ importanza di essere genuini con loro stessi. Da conoscersi, ad essere accompagnati. Di condividere. Di avere qualcuno a cui guardare negli occhi e intendersi senza la necessità di usare un altro linguaggio. Di sentirsi felici per la felicità dell'altro.
Di versare amore più lontano di uno. L'importanza di avere un compagno di vita.
Quando i loro sguardi si sono incrociati un’onda d'immagini cominciò a invaderli. Segue >>

Blog: http://quelacosanoquedeenpicada.blogspot.com
Fotografia: Renato Lopes

No hay comentarios: