sábado, 14 de mayo de 2011

MUSICA

EMANUELE BOCCI
www.emanuelebocci.it



El cantautor que cuenta, nos cuenta...

Emanuele Bocci es parte de la categoria de cantautores a los que les gusta juntar historias y traducirlas en canciones.

Empieza oficialmente en el 97, participa en un concurso y gana el primer reconocimiento, entonces agara coraje y sobretodo comincia la pasión por la escritura, y acompañandose de una guitarra, inicia a llevar en tour su mundo artistico, sus relatos, su canto.

"A los veinte años no tenia mucho para contar" adminte Bocci sonriendo, hay que vivirla para poder contarla, es necesario desarrollar esa sensibilidad de escuchar que permite descubiri, apreciar las historias de quienes tienen algo que contar".

En el año 2003 Emanuele decide dar forma a un proyecto musical con otros artistas.

"Algunas canciones eran mias, Fabrizio Bai(guitarrista/compositor) y Michele Campanini (autor de textos) tenían canciones inéditas que tenian que ver con mi estilo, y siempre algun cover se podía hacer para completar un recital...", asi nace la Compagnia Musicale “Le Voci del Vicolo”, una banda que mezclaba el jazz con el folk que logra gran respecto en el escena emergente italiana: finalistas del Premio De Andrè 2005, Premio della Critica a “Voci per la Libertà una canzone per Amnesty” 2007, finalistas al PRIMOMAGGIOTUTTOLANNO 2007, exibición con Mauro Pagani al Festival Senese “La Città Aromatica” 2007.

Emanuele tocó con Le Voci 6 años en tour por Italia "cada noche era una aventura, musicos y instrumentos encastrados en autos no muy espaciosos y un publico nuevo simepre de conquistar".

De esta experiencia Emanuele empieza a interpretar las canciones usando elementos teatroles que caracterizan su particular estilo.

"Las canciones cuentan anecdotas, encuadraban cosas de la vita muy nuestras, bañados de toscanidad y se prestan a ser introducidos por breves monologos. En el escenario comencé a dejarme llevar, a tomar la iniciativa en los intervalos entre canción y canción para meter en clima al público en las historias.
Después inicié a utilizar algun objeto, sombreros, fusiles de mentira con rosas en lugar de balas, un despertador.... los objetos me ayudaban a "transformarme" en los personajes que relataba".

Nace asi la pasión por el tratro-canción de quien Gaber estuvo el primer verdadero explorador y difusor y que en Toscana encuentra a Bocci como digno representante.

"Sentí la necesidad de "trabajar solo", algunas vicisitutes personales, algunas canciones que habia escrito y que no eran del estilo de Le Voci, la idea de escribir un espectaculo de teatro-canción que fuera mas simple en los arreglos y mas centrado en el poder evocativo de la palabra es lo que me hizo tomar la decisión".

En setiembre del 2009 Emanuele es papá de Carlo Bocci y termina la primer forma de "Un Clima NUovo", el espectaculo de teatro-canción que lo tiene como autor e interprete saliendo a escena en noviembre eb el pequeño, pero ferviente teatro de Serre di Rapolano (Siena).

"Exibirsi en trio, acostumbrado a una formación mas compleja y bumerosa, y dar espacio al monologo y al mismo tiempo a la canción para mi que no soy un actor... no era un desafio, era un salto en el vacio. El aspecto positivo de ser un "independiente" es que bien o mal, te confrontas con el gusto desnudo y crudo de las personas, y en el debut la gente aplaudió y pidió bis".

Emanuele en vivo entretiene, fabual, te hace sonreir y te conmueve.

Hace chistes con los grandes argumentos politico-economicos observandolos del punto de vista de los personajes menores.

Juega con las palabras, elije esos detalles y colores que rinden sus relatos tremedamente reales.

Pasa de un genero musical a otro, porque las notas, las armonias, los arreglos acompañan a los escuchas en las escenas de la historia-canción.

Es asi, sobre el obstinado contrabajo que descienden por cromatismos y las escobillas que se mueven sobre el charleston de un swing de sabor retro y no solo te imaginas , estas ahi, frenetico en medio al trafico de la noche, a girar, con el celular que suena, porque tu mujer te espera en casa, y vos no podes llegar porque no encontras un maldito estacionamiento !.

Al mismo modo, entre las notas cristalinas del piano y una insolita unión ritmica de djembè y darbuka, se te aparecen adelante con gran claridad, dramaticamente 300 immigrantes sobre un barco demasiado lleno de vidas, entre las olas y con hambre pronta a saciarse.

Quizas por esta particularidad, la riqueza expresiva de Emanuele, este saber estar asi elegantemente en equilibrio entre el contar y evocar, la ironia y la objetividad de la narración, el jazz y el folk, el swoung y la musica popular.

"En noviembre del 2009 grabamos un single y registramos el video clip. En esa ocasión conoci a Paolo Rufini, un actor comico de Livorno, muy conocido en TV, que recita y interviene en la canción "Non ci sono piu parcheggi" ( no hay mas lugar para estacionar). Con el nace enseguida una amistad y una estima reciproca.

Con Paolo presenté oficialmente en Livorno el 15 Octubre pasado la salida de mi disco de debut".

Con su primer trabajo solista "Un po'Gabbiano" ( un poco gaviota) (y su "poco" se podria discutir) producto y arreglado por Riccardo Cavalieri, firmado Horus Music, distribuido por Audioglobe, Emanuele Bocci se presenta al gran publico y con voz acogliente navega de una canción a otra y el espectador se quefa a su lado con agrado, en su mundo que parece ser el tuyo.
"La gaviota es la protagonista y el espectador del disco. Te lo podes imaginar en vuelo sobre las costas de Galicia, o o haciendo compañia al oso polar naufrago sobre un pedazo de hielo, o quizas "ebrio de smog" sobre una ciudad traficada.

Pero hay algo que desentona en el historico simbolo de la libertad, que "transita mar, que abita en el cemento, vuela libre y immerso en un basurero y duerme entre el plastico" y uno se pregunta -esta gaviota vuela o no? - Emanuele responde: "la gaviota si, el hombre gaviota... un poco."

Il cantautore che racconta, si racconta…
Emanuele Bocci fa parte di quella categoria di cantautori a cui piace raccogliere storie e tradurle in canzoni.
Inizia la sua attività ufficialmente nel ’97, partecipa ad un concorso, ne esce con il primo vero riconoscimento, prende coraggio, ma soprattutto prende passione per la scrittura, così, accompagnandosi con una chitarra, inizia a portare in giro il suo mondo artistico, i suoi racconti, il suo canto.
“Tuttavia a vent’anni avevo poco da dire”, ammette Bocci sorridendo, “c’è bisogno di vivere per poterla raccontare la vita, c’è bisogno di svilupparla quella sensibilità all’ascolto che ti permette di scoprire, apprezzare le storie che gli altri hanno da raccontare”.
E’ il 2003 l’anno in cui Emanuele decide di dare forma ad un progetto musicale con altri musicisti.
“Un po’ di canzoni mie c’erano, Fabrizio Bai (chitarrista-compositore) e Michele Campanini (autore di testi) avevano dei pezzi inediti che si confacevano al mio stile, qualche cover si può sempre fare in un live...”, nasce così la Compagnia Musicale “Le Voci del Vicolo”, una band che ben miscela il folk con il jazz e che negli anni riscuote importanti consensi nella scena emergente italiana: finalisti del Premio De Andrè 2005, Premio della Critica a “Voci per la Libertà una canzone per Amnesty” 2007, finalisti al PRIMOMAGGIOTUTTOLANNO 2007, esibizione con Mauro Pagani al Festival Senese “La Città Aromatica” 2007.
Emanuele sarà con Le Voci per 6 anni in giro per l’Italia “ogni serata era un’avventura, musicisti e strumenti incastrati in macchine decisamente non troppo spaziose e un pubblico sempre nuovo da conquistare”.
E’ proprio da queste esperienze che Emanuele inizia ad interpretare i brani avvalendosi di quegli elementi teatrali che poi caratterizzeranno il suo personalissimo stile.
“Le canzoni raccontavano aneddoti, inquadravano degli spaccati di vita molto nostrani, bagnati di toscanità e ben si prestavano ad essere introdotti con brevi monologhi. Sul palco mi sono iniziato a sciogliere, a prendere l’iniziativa negli intervalli tra una canzone e l’altra, a coinvolgere il pubblico nel racconto. Poi ho iniziato ad utilizzare qualche oggetto, alcuni cappelli, un fucile finto con delle rose ficcate nella canna, una sveglia… gli oggetti erano un modo per “diventare” di volta in volta i personaggi che raccontavo”.
Nasce così la passione per il teatro-canzone di cui Gaber è stato il primo vero esploratore e diffusore e che in Toscana trova in Bocci un degno rappresentante.
“Ho sentito il bisogno di “mettermi in proprio”, alcune vicissitudini personali, alcune canzoni che avevo scritto e che non erano troppo in linea con lo stile de Le Voci, l’idea di scrivere uno spettacolo di teatro-canzone che fosse più asciutto negli arrangiamenti, ancora più centrato sul potere evocativo della parola mi ha fatto prendere una decisione”.
Nel settembre del 2009 Emanuele diventa babbo (detto alla toscana) di Carlo Bocci e termina la prima stesura del copione di “Un Clima Nuovo”, lo spettacolo di teatro-canzone di cui è autore e interprete con cui esordisce a novembre nel piccolo, ma gremito teatro di Serre di Rapolano (SI).
“Esibirmi in trio, abituato com’ero a formazioni molto più complesse e numerose, dare al monologo lo stesso spazio che alla canzone per me che non sono un attore… non era una sfida, ma un salto nel buio. L’aspetto positivo di essere un “indipendente” è che o la va o la spacca, ti confronti a dritto con il gusto nudo e crudo delle persone, e al debutto la gente ha applaudito e ha chiesto il bis”.
Emanuele dal vivo intrattiene, affabula, ti fa sorridere e ti commuove.
Scherza sui grandi argomenti politico-economici osservandoli dal punto di vista dei personaggi minori.
Gioca con le parole, sceglie quei dettagli e quei colori che rendono il suo raccontare tremendamente vero.
Attinge da un genere musicale all’altro, perché anche le note, le armonie, gli arrangiamenti accompagnino l’ascoltatore nella scena della storia-canzone.
E così, sull’ostinato del contrabbasso che scende per cromatismi e le spazzole che rimbalzano sul charleston uno swing dal sapore retrò non solo ti immagini, ma sei lì, frenetico in mezzo al traffico della sera, a girovagare, col cellulare che squilla, perché è ostinata pure la tua donna che ti aspetta a casa, e tu, inebetito, sei “preda dei miraggi”, perché “non ci sono più parcheggi”.
Allo stesso modo, tra le note cristalline del pianoforte e l’insolito intreccio ritmico di djembè e darbuka, ti si stampano davanti, con la stessa chiarezza, ora drammatica, 300 migranti stipati in una “barca troppo gravida di vite”, in balìa delle onde e di una risacca che è come “una bocca aperta” pronta a fagocitare.
Forse è proprio questa la particolarità, la ricchezza espressiva di Emanuele, questo suo saper stare così elegante in equilibrio tra il raccontare e l’evocare, l’ironia e l’oggettività della narrazione, il jazz e il folk, lo swing e la musica popolare.
“Nel novembre del 2009 abbiamo registrato il singolo e girato le riprese del videoclip. Nell’occasione ho conosciuto Paolo Ruffini, un attore comico di Livorno, volto noto anche in televisione, che recita e interviene sul singolo “Non ci sono più parcheggi”. Con lui è nata subito un’amicizia e una stima reciproca.
Con Paolo ho presentato ufficialmente a Livorno lo scorso 15 ottobre l’uscita del mio disco d’esordio”.
Con il suo primo lavoro da solista, “Un po’ gabbiano” (e su quel “po’” ci sarebbe di che discutere), prodotto e arrangiato da Riccardo Cavalieri, firmato Horus Music, distribuito Audioglobe, Emanuele Bocci si presenta al grande pubblico e con voce accogliente e molto garbo ti traghetta da un pezzo all’altro e tu gli rimani accanto volentieri, in bilico su quel mondo che sai essere anche il tuo.
“Il gabbiano è il protagonista e lo spettatore del disco. Te lo puoi immaginare in volo sopra le coste della Galizia, o a far compagnia all’orso polare naufrago su una zattera di ghiaccio, oppure “ebbro di smog” sopra ad una città trafficata”.
C’è però qualcosa che stona nello storico simbolo della libertà, che “transita dal mare, ma abita il cemento, vola libero ed immenso, ma vive alla discarica e dorme tra la plastica” e se gli chiedi -ma ‘sto gabbiano vola o no? – Emanuele risponde: “ il gabbiano sì, l’uomo-gabbiano… “Un po’”.

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