miércoles, 13 de octubre de 2010

LETRAS / SCRITTI

IVAN STOESSEL

Igual podemos ser amigos
- Igual podemos ser amigos – dijo ella, serena y con seguridad, mientras esbozaba una sonrisa piadosa.

Sólo un segundo pasó hasta que llego la respuesta de él, pero ese segundo que en tiempo real no es más que un soplo, en la mente de él fue una perpetuidad. En ese eterno instante pasaron un sinfín de imágenes todas protagonizadas por ella. Un cúmulo de fotos apiladas en torres que ante ese decir se desmoronaba como un castillo de naipes. Todos sus sueños, ilusiones y fantasías se deslizaban entre sus dedos como una montaña de arena seca y el ahí, paralizado, sin poder evitar que sus manos cumplan el papel de un tamiz. Y el segundo no acababa nunca, la arena seguía cayendo entre sus dedos. De pronto pudo reconocer uno a uno la procedencia de cada grano de arena. Para su decepción, ninguno provenía de la realidad; todos eran producto de sus deseos; deseos que en un segundo quedaban frustrados; pero lo triste no era eso. Lo triste era descubrir que nada fue real, que ese futuro a su lado no era más que una ingenua e infantil ilusión construida por su mente, la misma mente que transformaba el silencio de un segundo en una eternidad que así y todo era insuficiente para superar un duelo, que si bien era anunciado, a ojos de él fue inesperado. Su mirada estaba de luto, y fue en el único gesto donde se evidenciaba su dolor, ya que él se esforzó por disimular su sentir. Lo logro. Su rostro permaneció inerte, disimulando cualquier sentimiento, pero su mirada se vestía de luto y no hacía falta más que observar sus ojos para verlo trajeado de negro de pies a cabeza, mientras se mantenía de pie frente a ella, quien mantenía su sonrisa piadosa. Las palabras comenzaban a asomarse por la boca de él. Si bien las desconocía, ya estaban en la punta de su lengua. Es evidente el porqué de su desconocimiento. Esa sumatoria de silabas que formarían la respuesta a la sentencia de ella, no habían salido de su mente, no habían sido siquiera razonadas y fueron producto de un impulso que se gesto en paralelo con el derrumbamiento de sus sueños e ilusiones. El segundo había caducado y era tiempo de oír su respuesta; y aunque ya todo estaba dicho y no hacía falta más, aun faltaba el final, un punto final que por convención debía existir, pero que en nada influiría con el desenlace ya expuesto.

– Obvio, más bien que podemos ser amigos – dijo él con cobardía, ocultando su dolor; excepto es sus ojos que lo decían todo, pero que ella no supo o bien no le interesó leer.

Fin

Ma possiamo essere amici
- Ma possiamo essere amici - ha detto lei, calma e sicura, pur delineando un sorriso pietoso.

Solo un secondo ha passato per arrivare la risposta di lui, ma quel secondo che nella vita reale è solo un soffio nella sua mente fu stato perpetuo. In quel momento eterno scorrevano innumerevoli immagini di lei. Una raccolta di foto accatastati nelle torri crollate con le sue parole come un castello di carte. Tutti i suoi sogni, speranze e fantasie scivolato tra le dite come un collina di sabbia asciutta e lì, paralizzato, incapace di evitare che le sue mani svolgano il ruolo di un setaccio. E il secondo non finiva mai, la sabbia continuava a cadere tra le dita. Improvvisamente poteva riconoscere l'origine di ogni granello di sabbia. Per la sua delusione, nessuno è venuto dalla realtà, tutti sono stati prodotti dei suoi desideri, i desideri che erano frustrati in un secondo, ma la cosa triste non era quello. La cosa triste è stato quello di scoprire che niente era vero, che il futuro al suo fianco era solo un illusione ingenua e infantile costruito dalla sua mente, la stessa mente che ha trasformato il silenzio di un secondo in una eternità che in quel modo non era sufficiente a superare un duello, che mentre è stato annunciato, ai suoi occhi era inaspettato. Il suo sguardo era in lutto, e fu l'unico gesto in cui il suo dolore era evidente ma cercò di nascondere i suoi sentimenti. E' riuscito. Il suo volto è rimasto inerte, nascondendo ogni sentimento, ma i suoi occhi erano vestite a lutto e non c'era bisogno di guardare altro che i suoi occhi per vedere lui vestito di nero dalla testa ai piedi, mentre era in piedi davanti a lei, che rimaneva con il suo sorriso piatoso. Le parole cominciarono a sbirciare attraverso la sua bocca. Anche se sconosciute, erano già sulla punta della lingua. E 'chiaro il motivo della sua ignoranza. Quella somma delle sillabe che formano la risposta alla dichiarazione non erano uscite della sua mente, non era nemmeno stata ragionata, erano il risultato di un gesto d'impulso parallelo con il crollo dei suoi sogni e illusioni. Il secondo era scaduto ed era tempo di ascoltare la sua risposta, e anche se tutto è stato detto e non ha bisogno di più, macava la fine, un punto finale che convenzione dovrebbe essere, ma che in nessun modo poteva influenzare il risultato gia deciso.

- Ovviamente, che possiamo essere amici - ha detto con vigliaccheria, nascondendo il suo dolore, ma è lo sguardo che diceva tutto, ma ch lei non sapeva o non li interesava leggere.

Fine


Olvidarse de ella

Él estaba logrando su objetivo, ese que ya se había frustrado en más de una oportunidad. Creía estar a punto de borrarla definitivamente de su cabeza, pero en ese preciso instante su teléfono sonó. En otro momento no lo hubiese oído, ya que él suele tenerlo en silencio, pero por alguna extraña razón, de esas que rara vez se pueden explicar, aquella noche decidió dejarle el volumen al aparato. Como decía, el teléfono sonó; él lo escucho y se encontró con lo que era de esperar: el nombre de ella. Al parecer, estaba destinado a naufragar en el intento por olvidarse de aquella mujer.

Al verse fracasar nuevamente, decidió atender y al menos saber la razón de dicha llamada. Para su sorpresa, la causa resultaría ser mucho más alentadora de lo que él esperaba. Ella lo estaba invitando a cenar. El lugar del encuentro era la casa de ella; la fecha era el próximo martes. Claramente, él no esperaba dicha invitación, y si bien le despertó cierta sospecha, no lo dudo y acepto gustoso. De pronto, y en el lapso de unos 58 segundos, su panorama había cambiado por completo. Él ya no quería olvidarse de ella; por el contrario, quería recordarla día y noche; y así lo haría por los siguientes tres días. Al terminar la conversación telefónica, tomo nota de la dirección y agendó la cita.

Los tres días pasaron y el martes ya había llegado. Solo unas horas separaban a él de ella. Mientras él caminaba las ultimas cuadras que lo dirigían directamente a la dirección que ella le había indicado, no dejaba de aprovechar vidriera o espejo que reflejara su imagen, para chequear que todo estuviese en orden, como si fuese posible perder un ojo o un brazo en el camino. Es curioso, pero generalmente, la gente antes de una cita, casi que se inspecciona frente a los espejos, queriendo estar seguro que todo está en su lugar, cuando a ciencia cierta, uno se sigue viendo exactamente igual que hace dos calles atrás; pero bueno, eso ya es otra historia.

En esta historia, él ya se encontraba frente a la puerta con la numeración correcta. Confiado e ilusionado, presionó el timbre brevemente. Nadie respondió, lo cual le resulto extraño. A riesgo de parecer insistente, decidió aguardar un momento más. El silencio se hacía cada vez más extenso, por lo que presionó nuevamente el timbre, esta vez de forma más prolongada. Si bien no quería caer en los peores pensamientos, estos inevitablemente invadieron su cabeza y poco a poco tomaron más protagonismo; y aunque él los ignoraba ingenuamente, lo que era evidente para cualquiera, no lo era para él.

Sencillamente lo habían dejado plantado; mas precisamente, ella lo había dejado plantado. Claro que él recién lo aceptaría en el momento en el que volvió desilusionado a su casa y cerró la puerta tras él. Lo curioso es que aquel episodio, que en principio resultaba desgraciado, terminaría siendo un éxito absoluto, dado que gracias a esto, él lograría aquel objetivo que perseguía en un principio, olvidarse de ella definitivamente… o en tanto no lo vuelva a llamar.

Dimenticarla
Lui stava riuscendo a conseguire il suo obiettivo, ciò che era già frustrati da più di una occasione. Pensò che stava per cancellarla dalla tua testa, ma in quel momento il telefono squillò. In un altro momento non lo avrebbe sentito suonare, visto che di solito lo usa senza suoneria, ma per qualche strana ragione, quelli che raramente si può spiegare, quella notte ha deciso di lasciare l'unità di volume. Come ho detto, il telefono squillò, lui ha sentito e si era trovato quello che ci si aspettava: il nome di lei. A quanto pare, era destinato a naufragare nel tentativo di dimenticare quella donna.

Per versi fracassare di nuovo, ha deciso di rispondere e conoscere almeno il motivo della chiamata. Con grande sorpresa, la causa sarebbe molto più luminoso di quanto si aspettasse. Lei lo stava invitando a cena. ll luogo d'incontro era la sua casa, la data era il Martedì. Chiaramente, non si aspettava un tale invito, e anche se ha sollevato qualche sospetto, non c'è dubbio e accetta volentieri. Improvvisamente, e dopo circa 58 secondi, il quadro era cambiato completamente. Lui gia non ha voluva dimenticarla, al contrario, voleva ricordarla il giorno e la notte, e cosi farebbe per i prossimi tre giorni. Dopo la conversazione telefonica, ha presso nota dell'indirizzo e programmato l'appuntamento.

I tre giorni sono passati e il Martedì era già arrivato. Poche ore lo separavano di lei. Mentre camminava l'ultimi passi che andava direttamente al domicilio indicato non lasciava vetro o specchio per riflettere la sua immagine, per controllare che tutto fosse in ordine, come se fosse possibile perdere un occhio o un braccio sulla strada. E 'divertente, ma in genere, la gente prima di una cita quasi si ispezionata davanti allo specchio, cercando di assicurarsi che tutto è a posto, quando di sicuro, si era guardato in un altro specchio pochi metri prima, ma questo è un'altra storia.

In questa storia, era già alla porta con la numerazione corretta. Fiducioso ed entusiasta, ha premuto il campanello piano. Nessuno rispose, cosa che li ha sembrato strano. A rischio di sembrare invadenti, ha deciso di attendere un momento più lungo. Il silenzio è diventato sempre più diffuso, per cui preme il campanello di nuovo, questa volta più prolungato. Anche se non voleva cadere nei peggiori pensieri, queste inevitabilmente hanno invaso la sua testa e via via ha assunto maggiore rilevanza, e anche se ingenuamente ignorato, quello che era ovvio a chiunque, non era per lui.

Semplicemente lo avevano lasciato solo, in piedi, più precisamente, lei lo aveva lasciato solo. Certo che lo avrebbe accettato solo dopo un tempo quando è tornato a casa deluso e chiuse la porta dietro di lui. La cosa curiosa è che tale episodio è stato che in principio è stato molto sgradevole, finerebbe come un completo successo, perché grazie a questo, ha raggiunto l'obiettivo perseguito nel principio, dimenticarsi definitivamente di lei ... o intanto che lei non lo chiamasi più.


Él espera, ella se prepara
Él espera, Ella se prepara. Él esta acá, Ella está allá. Veintiséis cuadras y cincuenta y ocho metros los separan, pero no por mucho tiempo más. Él y Ella van a verse, y ambos lo saben. Él piensa en lo que estará pensando Ella; Ella en cambio está más preocupada por sus zapatos, que no hacen juego con su cartera y está en la incomoda situación en la que tiene que optar por la cartera o los zapatos. Él en cambio ni siquiera pensó si sus medias eran iguales entre sí, hecho que luego descubrirá no es así. De todas formas Él también se encuentra en una disyuntiva; internamente está decidiendo si la saluda con un chiste o con un halago, y la realidad es que, a diferencia de Ella, Él lo terminara de decidir recién en el momento en el que se encuentre y la vea, siendo esa la causa por la que jamás se percatara de los delicados zapatos que Ella finalmente decidió vestir, resignando por ello la “paqueta” cartera de correa trenzada.

De todas formas, aunque cada uno sigue aun en su hogar, hay algo que los une: el nerviosismo por ese primer encuentro. Cada cual lo sublima por distintos canales, pero esas indecisiones compartidas son producto de los ya mencionados nervios comunes en ambos. Puede que en el momento ninguno de los dos sea del todo consciente de ellos, o de serlo, quizás no le den el valor que merecen; pero algún día, quizás no tan lejano, los recordaran con nostalgia y los extrañaran. Claro, siempre y cuando Ella no note que las medias de Él no coinciden, y siempre y cuando Ella se ría, aunque sea falsamente, de ese chiste que Él viene ensayando desde que salió de la ducha. Sea como sea, ahora, en este preciso instante, cuando Él y Ella aun no se conocen, tienen la suerte de estar unidos al menos en un sentimiento, aunque Él este acá y Ella este allá.

Lui aspetta, lei si prepara
Lui espera, lei si prepara. Lui è qui, lei è lì. 2,6 km e cinquantotto metri li separano, ma non per molto. Lui e lei stanno per trovarsi, ed entrambi lo sanno. Egli pensa a quello chelei starà pensando, lei invece è più interessata nelle sue scarpe non combinano con la sua borsa e si trova nella situazione imbarazzante in cui si deve optare per una borsa o di scarpe. Lui neanche si ha chiesto se le sue calze erano uguali tra di loro, quindi dopo scoprirà di no. In ogni caso Egli è anche in un dilemma, se salutare con una battuta o un adulazione, e la realtà è che, a differenza di lei, finirà per decidere proprio nel momento del incontro, e per questo motivo per cui non ha mai meno guardato le scarpe delicate che ha finalmente deciso di vestire, lasciando stare la borsa di manica intrecciata.

Tuttavia, anche se ciascuno è ancora a casa, una cosa li unisce: il nervosismo di quel primo incontro. Ogni uno lo esalta attraverso canali diversi, ma questi dubbi sono prodotto dei comuni nervi di entrambi. Forse in questo momento non è pienamente consapevole in loro, e potrebbero non dare il valore che merita, ma un giorno, forse sarà ricordato con nostalgia e meraviglia. Certo, finché lei non si accorga delle calze diverse, e fino a quando lei riderà, anche se falsamente, su quel scherzo che lui viene provando da quando ha lasciato la doccia. Comunque, ora, in questo momento, quando lui e lei non sono conosciuti, hanno la fortuna di essere uniti almeno in un sentimento, anche se lui è qui e lei è là.


E-mail:
estuesel@hotmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esas historias que son asi en donde solo queres "olvidar",espero la próxima públicación...

Anónimo dijo...

Esas historias que son asi en donde solo queres "olvidar",espero la próxima públicación...