Encuentro deseado / Incontro desiderato
by Daniela Kodenczyk & Juan Christmann
¿Para qué voy?, ¿para qué voy a ir si no va a estar? Claro que no va a estar. Ni se debe acordar que hoy es hoy. Faltan ocho estaciones. Todo por ese budín de cocos. Eran días der ver todo lindo, de creer en cosas que hoy, ya no son. ¿Cómo hubiera sido todo, si ella no se hubiera ido? ¿y si la hubiera seguido? No creo que esté. No va a estar. De los dos, siempre fui el más negativo. ¿Cómo estará vestido? Irá con la misma camisa de la última vez. Dudo que la tenga guardada, pasaron unos años. ¿Se acordará de la margarita amarilla? Claro que sí, ¿cómo se va a olvidar? Hace años que espero que sea hoy. Pensé en llamar antes y anticiparme, sorprenderlo, aparecerme en su trabajo, porque me fui, pero nunca me fui. ¿Cómo habrán sido estos años en su vida? ¿Habrá vuelto a comer ese budín? Seguro que no. De los dos, siempre fui la más optimista. Ayer llamé por teléfono, el bar sigue existiendo. Igual, como si no pasara de vez en cuando, para ver si la veo sentada, en la que alguna vez fue nuestra mesa. Pero, ¿qué se yo?, mirá si justo en esta semana, se convitió en un ciber o alguna cosa de esas. De los dos, siempre fui el más cuidadoso. ¿Cómo era el nombre del bar? El bar de Román, no, así le decíamos nosotros, porque el dueño era Román, que buen tipo Román, siempre nos reservaba la mesa, siempre con una sonrisa, siempre con algún chiste sobre la noticia del día. Algunas veces hasta parecía guionado, como si levantara temprano para practicar, te imaginas? Qué locura! ¿En qué estaba? ¿Me pasé!? Uy, no me digas que me pasé otra vez. No, no, todavía estamos al 2900, falta, falta. De los dos, siempre fui la más despistada. ¿Cómo la saludo? Un beso. ¿Dónde? Mirá si me como el amague, no, mejor un beso no. ¿Un abrazo? ¿Qué dure cuánto tiempo? ¿Mucho, o poco apriete en el abrazo? Si es poco, voy a parecer frío, si es mucho, un desesperado. Medio. La voy a saludar con un abrazo medio. Si es que está claro. Igual seguro que no. Seguro. De los dos, siempre fui el menos improvisado. ¿Era martes ese día no? Creo que sí, elegimos la fecha hoy porque volvía a ser martes. El budín era bueno, creo que lo preparaban con leche condensada. Pero lo especial se lo pusimos nosotros. Un simple juego que quizás hoy se termine. O comience. Estoy cerca ya, me doy cuenta porque me empezó ese comezón en las manos. De los dos, siempre fui la más ansiosa. En la próxima me bajo, ¿qué hago, paso a comprar la flor? ¿Cómo le va a caer? Como: hola, estoy acá, sentado igual que la otra vez, no me pasó absolutamente nada en estos años. Sigo en el mismo trabajo, sigo queriendo publicar el libro que nunca publicaré. Sigo igual de poco interesante que antes y esta flor, te lo confirma. De los dos, siempre fui el más autocrítico. Increiblemente sigo jugando al mismo juego. ¿Cuantó tarda cualquier cosa en hacerme pensar en él? Por ejemplo ese poster de las Islas Filipinas. Las Islas Filipinas … están cerca de la costa de China. A él le encantaba la comida China. Esa fue fácil. Esa viejita. Si la vez bien, esa viejita se parece a la kioskera de la facultad. Facultad que queda en la calle Hipólito Yrigoyen, calle en la que, a unas cuarenta cuadras, vive la tía de: él. De los dos, siempre fui la más memoriosa. Ni entro, camino despacio bien cerca de la ventana y pispeo, si está entro, sino sigo de largo. O entro y me pido un budín de coco, por lo menos el budín va a estar rico. Un budín y me voy. Tal como fue la última vez. Ya pasaron quince minutos. Sabía que esto iba a pasar. ¿Qué le hubiera dicho si la veía? Que algunas mañanas, pareciera que no me despertara solo. Que entresoñando, siento que me acaricia. Tengo mis dudas de cómo sería todo. Estoy seguro que no somos los mismos. Pero ¿qué importa? igual podemos jugar a que somos dos desconcidos de nuevo. Que jugar es lo que mejor nos sale. Casi termino mi budín. Eso me da derecho a un deseo. Olvidarla. Mi deseo sería olvidarla y que ella también me olvide. No hay caso, en el fondo, pensé que iba a venir. Má si, pago, voy al baño y me voy. De los dos, siempre fui al que más le cuesta empezar algo nuevo. Tranquila, respirá. No puedo creer que nos vamos a ver. Ya estoy a media cuadra. A media cuadra de decirle que me cansé de despertarme y buscarlo al otro lado de la cama. Que quiero seguir la historia que dejamos en puntos suspensivos. Que todo sea igual a como era antes. Como si nada hubiera cambiado. Pero, ¿y si él cambió?, o peor, ¿si yo cambié y no me di cuenta?, ¿si la química no es la misma? ¿Si nos juntamos para desilachar una relación que estaba intacta, y nos aguantamos hasta ser viejos, sólo porque una vez nos lo prometimos comiendo un budín? ¿Desde cuándo un budín tiene tanta autoridad, para arruinar una relación que así como está, está bien? ¿Qué estoy haciendo? Haber venido es una locura. Cuánto más fuerte se siente a un viejo amor, que al que se tiene. Ya estoy acá, aunque sea lo saludo y me voy. No está. Qué raro?!, estará por llegar. Pero, si él siempre fue puntal ¿Será que no vino? o peor aún, ¿se habrá olvidado? ¿Cómo no me di cuenta antes? Él no me esperó. Por lo menos, no lo suficiente. Qué ironía, en nuestra mesa, alguien dejó un plato con lo que era un budín. Lo probaría sólo para pedir un deseo. Hasta ya se que pedir. Enamorarme del primer tipo que me cruce. Por ejemplo de ese que acaba de salir del baño. De los dos, siempre fui la más soñadora.
Ilustración: Katherine Dossman.
Perchè venire? Perchè venire se non ci sarai? Chiaro che non ci sarai. Neanche si ricorda che oggi è oggi. Mancano otto fermate. Tutto per quel budino di cocco. Erano giornate in cui tutto era bello, di credere cose che oggi già non sono. Come sarebbe tutto se lei non se ne fosse andata? E se l’avessi seguito? Non credo che ci sia. Non ci sarà. Di noi due, sempre sono stato io il più negativo. Come sarà vestito? Verrà con la stessa camicia dell'ultima volta. Dubito che l'abbia guardata, sono passati diversi anni. Si ricorderà della margherita gialla? Chiaro che si, come si può dimenticare? Sono diversi anni che aspetto che sia oggi. Ho pensato di chiamare prima e anticiparmi, sorprenderlo, apparire nel suo ufficio, perchè me ne sono andata, ma veramente non me ne sono andata mai. Come saranno stati questi anni nella sua vita? Sarà tornato a mangiare quel budino? Sicuramente no, di noi due sempre sono stata io la più positiva. Ieri ho chiamato per telefono, il bar esiste ancora. Comunque lo sapevo, quando passo guardo se non ci sei seduta, in quella che è stata la nostra tavola. Ma, che ne so, poteva succedere che giusto questa settimana, si era convertito in un cyber o qualcosa di simile. Di noi due, sempre sono stato io il più accurato. Come era il nome del bar? Il bar di Román, no, così lo chiamavamo noi. Perchè il padrone era Román, che buona persona Román, sempre ci prenotava il tavolo, sempre sorrideva. Sempre raccontando la barzelletta del giorno. Qualche volta sembrava parte di un romanzo, come se si alzerebbe presto a studiare la scena, ti immagini? Che pazzia? Dove ero? Mi sono pesato!? Boh, non dirmi che mi sono perso un altra volta. No, no, ancora siamo nel 2900, manca ancora. Di noi due sono stata sempre io la più fusa. Come la saluto? Un bacio. Dove? Guarda se faccio una figuraccia, no, meglio un bacio no. Un abbraccio? Che durata? Forte o piano? Se è piano sembrerà freddo, se è forte sembrerà disperato. Medio. La saluto con un abbraccio medio. Ormai è tutto chiaro. Sicuro. Sicuro cosa? Di noi due, sempre sono stato il meno improvvisato. Ma, era martedì l'appuntamento? Credo di si, abbiamo scelto oggi perchè tornava ad essere martedì. Il budino era buono, credo si preparava con latte "condensato". Ma lo speciale l’abbiamo messo noi. Un semplice gioco che forse oggi finisce, o comincia. Sono vicino già, lo sento nel prurito delle mie mani. Di noi due, sempre sono stata io la più ansiosa. Alla prossima fermata scendo, cosa faccio, prendo un mazzetto di fiori? Come gli sembrerà? Come: ciao, sono qui, seduto come sempre, non mi è successo niente in questi anni. Continuo lavorando nello stesso posto, continuo a voler pubblicare il libro che mai riuscirò a pubblicare. Continuo ad essere poco interessante come prima e questo fiore te lo conferma. Di noi due, sono stato sempre io il più autocritico. Incredibilmente continuo a giocare agli stessi giochi. Quanto tempo tardo nel vedere delle cose che mi fanno pensare a lui? Ad esempio quell’immagine delle Isole Filippine. Le Isole Filippine…stanno vicino alla costa cinese. A lui piaceva tanto il cibo cinese. Ecco un’ altra. Quella vecchietta. Se la guardi bene, sembra la tabaccaia dell’università. Università che si trova nella strada Hiplito Yrigoyen, strada che, 4 km dopo abita sua zia. Di noi due sempre sono stata io quella che di più ricorda il passato. Non entro, cammino lentamente vicino alla finestra e guardo, se c’è allora entro, se non c’è continuo ad andare, o meglio entro e chiedo un budino di cocco, sicuramente il budino sarà buono. Un budino e me ne vado. Come l'ultima volta. Già sono passati quindici minuti. Sapevo che questo sarebbe successo. Cosa li avrei detto se la vedevo? Che qualche mattinata, mi sembrava di non svegliarmi da solo. Che tra i sogni, sentivo una carezza. Ho i miei dubbi di come sarebbe tutto. Sono sicuro che non siamo gli stessi. Ma, che importa? Il mio desiderio sarebbe dimenticarla e che lei anche dimentichi me. Non c'e verso, pensavo che sarebbe venuta. Boh, pago, vado in bagno e me ne vado. Dei due, sempre sono stato io quello che più tarda a ricominciare qualcosa di nuovo. Tranquilla, respira. Non posso credere che ci vedremo di nuovo. Mancano 50 metri. 50 metri per dirgli che mi sono stufata di svegliarmi e cercarlo all’altro lato del letto. Che voglio continuare con la storia che abbiamo lasciato in sospeso. Che tutto sarà uguale, come prima. Come se niente fosse cambiato. Ma, se lui è cambiato?, o peggio ancora, se io sono cambiato senza saperlo? se la chimica non è la stessa? se ci troviamo a rovinare una relazione che stava intatta e ci dobbiamo sopportare fino a diventare vecchi, solo perchè ci siamo promessi di ricominciare mangiando un budino? Da quando un budino ha tanto potere, per rovinare una relazione che così come è sta bene? Cosa sto facendo? Essere venuta è una pazzia. Quanto più forte si sente un vecchio amore, se ancora ce l'hai. Ma già sono qui, lo saluto e me ne vado. Non c’è. Strano però!?, arriverà. Ma se è stato sempre puntuale. Sarà che non è venuto? o peggio ancora, si sarà dimenticato? come non lo avevo capito? Lui non mi ha aspettato. Non lo sufficente. Che ironia, nel nostro tavolo, qualcuno ha lasciato una piatto con un budino. Lo assaggiarei solo per esaudire un desiderio. Già so cosa chiederò. Innamorarmi del primo uomo che mi incrocia. Ad esempio di quello che esce dal bagno. Di noi due, sempre sono stata io la più sognatrice.
Ilustrazione: Katherine Dossman.
Blog de Juan Christmann & Daniela Kodenczyk : http://quelacosanoquedeenpicada.blogspot.com
by Daniela Kodenczyk & Juan Christmann
¿Para qué voy?, ¿para qué voy a ir si no va a estar? Claro que no va a estar. Ni se debe acordar que hoy es hoy. Faltan ocho estaciones. Todo por ese budín de cocos. Eran días der ver todo lindo, de creer en cosas que hoy, ya no son. ¿Cómo hubiera sido todo, si ella no se hubiera ido? ¿y si la hubiera seguido? No creo que esté. No va a estar. De los dos, siempre fui el más negativo. ¿Cómo estará vestido? Irá con la misma camisa de la última vez. Dudo que la tenga guardada, pasaron unos años. ¿Se acordará de la margarita amarilla? Claro que sí, ¿cómo se va a olvidar? Hace años que espero que sea hoy. Pensé en llamar antes y anticiparme, sorprenderlo, aparecerme en su trabajo, porque me fui, pero nunca me fui. ¿Cómo habrán sido estos años en su vida? ¿Habrá vuelto a comer ese budín? Seguro que no. De los dos, siempre fui la más optimista. Ayer llamé por teléfono, el bar sigue existiendo. Igual, como si no pasara de vez en cuando, para ver si la veo sentada, en la que alguna vez fue nuestra mesa. Pero, ¿qué se yo?, mirá si justo en esta semana, se convitió en un ciber o alguna cosa de esas. De los dos, siempre fui el más cuidadoso. ¿Cómo era el nombre del bar? El bar de Román, no, así le decíamos nosotros, porque el dueño era Román, que buen tipo Román, siempre nos reservaba la mesa, siempre con una sonrisa, siempre con algún chiste sobre la noticia del día. Algunas veces hasta parecía guionado, como si levantara temprano para practicar, te imaginas? Qué locura! ¿En qué estaba? ¿Me pasé!? Uy, no me digas que me pasé otra vez. No, no, todavía estamos al 2900, falta, falta. De los dos, siempre fui la más despistada. ¿Cómo la saludo? Un beso. ¿Dónde? Mirá si me como el amague, no, mejor un beso no. ¿Un abrazo? ¿Qué dure cuánto tiempo? ¿Mucho, o poco apriete en el abrazo? Si es poco, voy a parecer frío, si es mucho, un desesperado. Medio. La voy a saludar con un abrazo medio. Si es que está claro. Igual seguro que no. Seguro. De los dos, siempre fui el menos improvisado. ¿Era martes ese día no? Creo que sí, elegimos la fecha hoy porque volvía a ser martes. El budín era bueno, creo que lo preparaban con leche condensada. Pero lo especial se lo pusimos nosotros. Un simple juego que quizás hoy se termine. O comience. Estoy cerca ya, me doy cuenta porque me empezó ese comezón en las manos. De los dos, siempre fui la más ansiosa. En la próxima me bajo, ¿qué hago, paso a comprar la flor? ¿Cómo le va a caer? Como: hola, estoy acá, sentado igual que la otra vez, no me pasó absolutamente nada en estos años. Sigo en el mismo trabajo, sigo queriendo publicar el libro que nunca publicaré. Sigo igual de poco interesante que antes y esta flor, te lo confirma. De los dos, siempre fui el más autocrítico. Increiblemente sigo jugando al mismo juego. ¿Cuantó tarda cualquier cosa en hacerme pensar en él? Por ejemplo ese poster de las Islas Filipinas. Las Islas Filipinas … están cerca de la costa de China. A él le encantaba la comida China. Esa fue fácil. Esa viejita. Si la vez bien, esa viejita se parece a la kioskera de la facultad. Facultad que queda en la calle Hipólito Yrigoyen, calle en la que, a unas cuarenta cuadras, vive la tía de: él. De los dos, siempre fui la más memoriosa. Ni entro, camino despacio bien cerca de la ventana y pispeo, si está entro, sino sigo de largo. O entro y me pido un budín de coco, por lo menos el budín va a estar rico. Un budín y me voy. Tal como fue la última vez. Ya pasaron quince minutos. Sabía que esto iba a pasar. ¿Qué le hubiera dicho si la veía? Que algunas mañanas, pareciera que no me despertara solo. Que entresoñando, siento que me acaricia. Tengo mis dudas de cómo sería todo. Estoy seguro que no somos los mismos. Pero ¿qué importa? igual podemos jugar a que somos dos desconcidos de nuevo. Que jugar es lo que mejor nos sale. Casi termino mi budín. Eso me da derecho a un deseo. Olvidarla. Mi deseo sería olvidarla y que ella también me olvide. No hay caso, en el fondo, pensé que iba a venir. Má si, pago, voy al baño y me voy. De los dos, siempre fui al que más le cuesta empezar algo nuevo. Tranquila, respirá. No puedo creer que nos vamos a ver. Ya estoy a media cuadra. A media cuadra de decirle que me cansé de despertarme y buscarlo al otro lado de la cama. Que quiero seguir la historia que dejamos en puntos suspensivos. Que todo sea igual a como era antes. Como si nada hubiera cambiado. Pero, ¿y si él cambió?, o peor, ¿si yo cambié y no me di cuenta?, ¿si la química no es la misma? ¿Si nos juntamos para desilachar una relación que estaba intacta, y nos aguantamos hasta ser viejos, sólo porque una vez nos lo prometimos comiendo un budín? ¿Desde cuándo un budín tiene tanta autoridad, para arruinar una relación que así como está, está bien? ¿Qué estoy haciendo? Haber venido es una locura. Cuánto más fuerte se siente a un viejo amor, que al que se tiene. Ya estoy acá, aunque sea lo saludo y me voy. No está. Qué raro?!, estará por llegar. Pero, si él siempre fue puntal ¿Será que no vino? o peor aún, ¿se habrá olvidado? ¿Cómo no me di cuenta antes? Él no me esperó. Por lo menos, no lo suficiente. Qué ironía, en nuestra mesa, alguien dejó un plato con lo que era un budín. Lo probaría sólo para pedir un deseo. Hasta ya se que pedir. Enamorarme del primer tipo que me cruce. Por ejemplo de ese que acaba de salir del baño. De los dos, siempre fui la más soñadora.
Ilustración: Katherine Dossman.
Perchè venire? Perchè venire se non ci sarai? Chiaro che non ci sarai. Neanche si ricorda che oggi è oggi. Mancano otto fermate. Tutto per quel budino di cocco. Erano giornate in cui tutto era bello, di credere cose che oggi già non sono. Come sarebbe tutto se lei non se ne fosse andata? E se l’avessi seguito? Non credo che ci sia. Non ci sarà. Di noi due, sempre sono stato io il più negativo. Come sarà vestito? Verrà con la stessa camicia dell'ultima volta. Dubito che l'abbia guardata, sono passati diversi anni. Si ricorderà della margherita gialla? Chiaro che si, come si può dimenticare? Sono diversi anni che aspetto che sia oggi. Ho pensato di chiamare prima e anticiparmi, sorprenderlo, apparire nel suo ufficio, perchè me ne sono andata, ma veramente non me ne sono andata mai. Come saranno stati questi anni nella sua vita? Sarà tornato a mangiare quel budino? Sicuramente no, di noi due sempre sono stata io la più positiva. Ieri ho chiamato per telefono, il bar esiste ancora. Comunque lo sapevo, quando passo guardo se non ci sei seduta, in quella che è stata la nostra tavola. Ma, che ne so, poteva succedere che giusto questa settimana, si era convertito in un cyber o qualcosa di simile. Di noi due, sempre sono stato io il più accurato. Come era il nome del bar? Il bar di Román, no, così lo chiamavamo noi. Perchè il padrone era Román, che buona persona Román, sempre ci prenotava il tavolo, sempre sorrideva. Sempre raccontando la barzelletta del giorno. Qualche volta sembrava parte di un romanzo, come se si alzerebbe presto a studiare la scena, ti immagini? Che pazzia? Dove ero? Mi sono pesato!? Boh, non dirmi che mi sono perso un altra volta. No, no, ancora siamo nel 2900, manca ancora. Di noi due sono stata sempre io la più fusa. Come la saluto? Un bacio. Dove? Guarda se faccio una figuraccia, no, meglio un bacio no. Un abbraccio? Che durata? Forte o piano? Se è piano sembrerà freddo, se è forte sembrerà disperato. Medio. La saluto con un abbraccio medio. Ormai è tutto chiaro. Sicuro. Sicuro cosa? Di noi due, sempre sono stato il meno improvvisato. Ma, era martedì l'appuntamento? Credo di si, abbiamo scelto oggi perchè tornava ad essere martedì. Il budino era buono, credo si preparava con latte "condensato". Ma lo speciale l’abbiamo messo noi. Un semplice gioco che forse oggi finisce, o comincia. Sono vicino già, lo sento nel prurito delle mie mani. Di noi due, sempre sono stata io la più ansiosa. Alla prossima fermata scendo, cosa faccio, prendo un mazzetto di fiori? Come gli sembrerà? Come: ciao, sono qui, seduto come sempre, non mi è successo niente in questi anni. Continuo lavorando nello stesso posto, continuo a voler pubblicare il libro che mai riuscirò a pubblicare. Continuo ad essere poco interessante come prima e questo fiore te lo conferma. Di noi due, sono stato sempre io il più autocritico. Incredibilmente continuo a giocare agli stessi giochi. Quanto tempo tardo nel vedere delle cose che mi fanno pensare a lui? Ad esempio quell’immagine delle Isole Filippine. Le Isole Filippine…stanno vicino alla costa cinese. A lui piaceva tanto il cibo cinese. Ecco un’ altra. Quella vecchietta. Se la guardi bene, sembra la tabaccaia dell’università. Università che si trova nella strada Hiplito Yrigoyen, strada che, 4 km dopo abita sua zia. Di noi due sempre sono stata io quella che di più ricorda il passato. Non entro, cammino lentamente vicino alla finestra e guardo, se c’è allora entro, se non c’è continuo ad andare, o meglio entro e chiedo un budino di cocco, sicuramente il budino sarà buono. Un budino e me ne vado. Come l'ultima volta. Già sono passati quindici minuti. Sapevo che questo sarebbe successo. Cosa li avrei detto se la vedevo? Che qualche mattinata, mi sembrava di non svegliarmi da solo. Che tra i sogni, sentivo una carezza. Ho i miei dubbi di come sarebbe tutto. Sono sicuro che non siamo gli stessi. Ma, che importa? Il mio desiderio sarebbe dimenticarla e che lei anche dimentichi me. Non c'e verso, pensavo che sarebbe venuta. Boh, pago, vado in bagno e me ne vado. Dei due, sempre sono stato io quello che più tarda a ricominciare qualcosa di nuovo. Tranquilla, respira. Non posso credere che ci vedremo di nuovo. Mancano 50 metri. 50 metri per dirgli che mi sono stufata di svegliarmi e cercarlo all’altro lato del letto. Che voglio continuare con la storia che abbiamo lasciato in sospeso. Che tutto sarà uguale, come prima. Come se niente fosse cambiato. Ma, se lui è cambiato?, o peggio ancora, se io sono cambiato senza saperlo? se la chimica non è la stessa? se ci troviamo a rovinare una relazione che stava intatta e ci dobbiamo sopportare fino a diventare vecchi, solo perchè ci siamo promessi di ricominciare mangiando un budino? Da quando un budino ha tanto potere, per rovinare una relazione che così come è sta bene? Cosa sto facendo? Essere venuta è una pazzia. Quanto più forte si sente un vecchio amore, se ancora ce l'hai. Ma già sono qui, lo saluto e me ne vado. Non c’è. Strano però!?, arriverà. Ma se è stato sempre puntuale. Sarà che non è venuto? o peggio ancora, si sarà dimenticato? come non lo avevo capito? Lui non mi ha aspettato. Non lo sufficente. Che ironia, nel nostro tavolo, qualcuno ha lasciato una piatto con un budino. Lo assaggiarei solo per esaudire un desiderio. Già so cosa chiederò. Innamorarmi del primo uomo che mi incrocia. Ad esempio di quello che esce dal bagno. Di noi due, sempre sono stata io la più sognatrice.
Ilustrazione: Katherine Dossman.
Blog de Juan Christmann & Daniela Kodenczyk : http://quelacosanoquedeenpicada.blogspot.com
1 comentario:
Gracias por hacernos parte de esta nueva edicion de OFF.
muy bueno este numero, me gusto mucho la parte de fotografia!
Abrazo
Juan.
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